Los vinos del Priorat transmiten a la perfección el impacto del clima y el terroir. Así resumía las características de la producción vitivinícola del Priorat, Sarah Jane Evans, Master of Wine, en la conferencia inaugural del Espacio Priorat 2017, que ayer se celebró en la Cartoixa de Scaladei, con la presencia de 80 prescriptores del vino procedentes de todo el mundo.

Para Evans, que hizo un repaso a la historia del cultivo de la uva en la comarca, el vino se ha convertido en el motor de la transformación económica y social del Priorat, que desde 1990, ha comenzado a vivir un renacimiento deteniendo la pérdida de peso demográfico y logrando el incremento del precio de la uva.

Durante el último cuarto de siglo, la extensión de la producción de uva, las variedades locales como la cariñena y garnacha o el trabajo de los vecinos de la comarca, han convertido los factores más potentes de la revolución vitivinícola del Priorat. Se trata de un cambio que, según Evans, no se detiene.

De hecho, el incremento del conocimiento del territorio, la singularidad de las doce villas en las que está dividida la producción vitivinícola de la DOQ Priorat y también el aumento de la calidad, se convierten en nuevos factores que hacen crecer el valor, el conocimiento y también el consumo de los vinos del Priorat.

Sin embargo, la Master of wine, advierte de algunas amenazas: la producción ajustada, el incremento de cultivos y la posible pérdida del carácter morfológico del Priorat además del cambio climático. El futuro, sin embargo, se presenta en un horizonte de optimismo siempre y cuando la calidad se mantenga.